Un
movimiento involuntario, distraído, descuidado
Un
movimiento mal medido, mal pensado, mal calculado
Y
la copa se hace añicos contra el piso.
Un
descuido, un apuro, un portazo
Una
piedra, un palo, un hierro
Y
el vidrio del ventanal riega el suelo
Un
minuto antes, un minuto después
Mi
minuto, el minuto ajeno
Una
esquina que choca brutalmente.
Un
timbre, un teléfono, una campana.
El
cuchillo en la mano que corta, que sangra, que duele.
Los
ojos que hacen llorar a una cebolla, sin sentimientos.
Un
movimiento involuntario, distraído, descuidado.
Un
descuido, un apuro, un portazo
Un
minuto antes, un minuto después
Un
timbre, un teléfono, una campana.
Y
la confianza, se hace añicos contra el piso
Y
el futuro planeado, riega el suelo
Una
esquina del corazón, choca brutalmente
Los
ojos, las cebollas, los sentimientos.
Los
dedos desesperados, juntan los cristales
El
invierno se relame, soñando su entrada
La
esquina vacía, levanta su cartel de PARE
La
herida curada, muestra su cicatriz.
Sin
copa, sin vidrio, chocado y cortado, el futuro tiene miedo.
El
arrepentimiento, no restaura la copa Los perdones, no tapan el hueco que dejo
el vidrio roto.
Los
choques dejan huellas, marcas, heridas.
Un
minuto antes, un minuto después
Mí
minuto, el minuto ajeno
Maldito
reloj que no te paraste o te adelantaste
La
docena de once copas, espera el brindis
El
vidriero pone la redundancia, su hijo, no es trasparente.
El
mecánico dental, repara el choque con sus dientes.
La
confianza herida por un cuchillo, intenta cicatrizar.
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