sábado, 8 de febrero de 2014

DE MANO EN MANO



Mi pulgar levantado te da ánimo.
Mi índice te acusa, te muestra, te señala en la multitud de dos o más.
El mayor apuntando al cielo, te saluda, te desea lo mejor, te manda a donde el índice no se animó a señalar.
El meñique distraído en algún semáforo, intenta rascar mi ojo por el lado de adentro.
Tocando la guitarra o dactilografiando, el anular conoce su función. Los míos aun la buscan.
Los dedos se hacen manos.
Derechas e izquierda como los políticos, hasta que inventen la mano del centro.
Mi mano tendida hace amigos, mi mano levantada saluda, mi mano cerrada se hace puño.
Mi puño golpea, mi puño canta una vez más la internacional.
Otros puños también cantan la internacional y después le piden favores a Busch, que golpea.
Mis manos hacen desde siempre, desde la torpeza del prescolar, hasta el reumatismo de mis más de treinta.
Mis letras prolijas y casi perfectas de la primera hoja del cuaderno en un Marzo cualquiera.
Mis letras chuecas, borroneadas, saltarinas, ganchos, garabatos, jeroglíficos mal trazados de todos los meses.
Mis manos conjugan muchos verbos en diferentes tiempos. Desde una pintura sin pretensión de obra de arte, a letras sueltas bien juntas, sin pretensión de verso o de poesía.
Clavan, serruchan lijan una madera, que será casa, juguete o proyecto inconcluso.
Levantan una pared, un muro, un límite entre la realidad y la fantasía.
Luego las mismas manos, los demuelen por el placer de nadar en esa confusión permanente.
Manos de hijo que hace mucho se soltaron.
Manos de amante que explora y conquista.
Manos de padre en tus primeros pasos y en la mayoría de ellos.
Mano de amigo tendida, para pedir, para dar, para apretar, para salvarte, para ser salvado (como el pan).
¡Manos arriba!  Gritan en silencio y nos roban los sueños, mientras nos dormimos.
Mano en el área: PENAL.
Mano en la lata: no es mi área dice el juez penal.
A mano armada, mano dura, manolo, a contramano, a mano limpia, de mano en mano….
Tener las manos limpias, no es necesariamente el resultado de lavarse las manos.
Lavarse las manos puede evitar las gérmenes, puede fomentar el “no te metas”, puede vestirnos de “no me importa”.
Mano de amigo tendida, para pedir, para dar, para apretar, para salvarte, para ser salvado (como el pan).
Y si no es salvado, que sea integral o pan negro.